viernes, 20 de febrero de 2009

Bancos, Banqueros y Bandidos

Siempre hemos sabido que los bancos, los banqueros están en el centro de toda actividad y problema. En este caso, y debido a las noticias y situación económica general, es buen repasar el papel de los bancos en España, y ver como son los causantes y verdaderos beneficiarios en todo momento, ya sea buena o mala coyuntura para el resto. 

Debido a la crisis económica, se pretenden eliminar restricciones al despido, limando las supuestas rigideces en el mercado de trabajo, que son las que dificultan que las empresas se "adapten" a la demanda.  Flexibilidad, todavía más. 

El problema básico es la miopía (deseada o no) del empresariado en general y de los banqueros del país. Vicenc Navarro en Rebelión.org lo explica bien claro:

Durante la década y media siguiente a la Transición, dos de los hechos que llamaban más la atención eran:

1-el elevado precio del dinero que prestaba la Banca (uno de los más altos en la UE), y

2- la exhuberancia de sus beneficios cuya tasa de beneficios netos de la Banca española fue:

·         casi tres veces mayor que la tasa de beneficios netos de la Banca francesa,

·         casi el doble que la Banca alemana,

·         más de cuatro veces que la Banca belga,

·         casi el doble de la Banca italiana,

·         casi tres veces mayor que la Banca holandesa y

·         casi el doble de la Banca británica

Tales beneficios no se basaban en su mayor eficiencia, sino en un comportamiento oligopolístico, resultado de unas políticas del Estado altamente proteccionistas de la banca española, la cual se opuso exitosamente a la apertura del sector bancario al capital extranjero. Como consecuencia de ello, el coste de pedir el dinero a la banca por parte del empresariado español era el más elevado de Europa.

El empresariado de la manufactura en España tenía que pagar casi el doble que el empresario de la manufactura en EE.UU., y más del doble que el empresariado japonés. Ello explica, en parte, las enormes dificultades que experimentó la manufactura, con la consiguiente destrucción de empleo y elevado crecimiento del desempleo. Este fue uno de los orígenes de la desindustrialización de España y del establecimiento de una economía especulativa basada en el matrimonio banca-industria inmobiliaria. Como bien dijo entonces el Finantial Times (15 marzo 1991),“Durante los años expansivos de la economía española, se vio un gran crecimiento en las inversiones financieras que en su mayor parte derivaron hacia actividades de tipo especulativo –principalmente hipotecario- en lugar del incremente del tejido productivo”. No podía haberse escrito más claro. Estas políticas fueron bendecidas por el Banco de España con la aprobación de los sucesivos gobiernos españoles. Este complejo banca-inmobiliarias y empresas constructoras han sido el eje del crecimiento económico de España desde entonces.

El mundo empresarial de la manufactura y de los servicios intentó compensar la enorme carestía del dinero prestado por la Banca mediante la reducción de los salarios, intento exitoso puesto que el crecimiento anual real salarial por persona trabajadora creció durante aquel periodo sólo un 1,8% comparado con el promedio de la UE-15, que fue de 5,2%.

El elevado coste del dinero implicaba también una peseta sobrevalorada que dificultaba las exportaciones españolas. El origen de la elevada negatividad de la balanza del comercio exterior se basa precisamente en aquel hecho. La entrada de España en la zona euro ha eliminado esta situación, pero tal entrada se ha realizado (en la década de los años noventa) de manera beneficiosa a la banca y a costa de un gran sacrificio de la población asalariada y de un considerable subdesarrollo de nuestro estado del bienestar.

La integración monetaria se hizo a costa de nuestro estado del bienestar. Y también a costa de una reducción de la masa salarial (porcentaje que las rentas del trabajo representan de toda la renta nacional). Ello ha ido acompañado de un incremento exuberante de las rentas del capital, y muy en especial de las rentas de la Banca, la cual continúa siendo una de las que muestran beneficios mayores en el mundo. Ahora bien, la burbuja inmobiliaria (estimulada por el comportamiento especulativo del complejo banca-inmobiliaria) explotó. La mitad del desempleo creado se debe al colapso de la construcción sostenido por aquel complejo. Es más, el pánico creado en la Banca ha determinado también la dificultad de conseguir crédito, causa mayor de la recesión y de la destrucción de empleo, atribuida a una inexistente rigidez del mercado laboral.

 

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